El vuelo de las moscas cojoneras

Las miodesopsias o 'moscas volantes' son opacidades que se forman a veces en el vítreo del ojo y tienen carácter permanente. Para quienes las tienen, se perciben como sombras que pululan por el campo visual, a menudo comparadas con puntos, hilos o telarañas. La oftalmología las considera por sí solas un problema menor. Hoy en día, no las trata porque no dispone de un remedio eficaz; no obstante, sostiene que se dejan de percibir con la costumbre. Cuestionada esta afirmación por muchas personas, este blog nace para comprobar su veracidad sobre mi caso particular. Pero no persigue una experiencia científica, sino expresiva.
[Aviso: ÉSTE NO ES UN BLOG DE MEDICINA. Para leer una descripción médica de las miodesopsias, visita este enlace.]

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25/3/07

Fin de semana


Con días como hoy, da la impresión de que uno se puede olvidar de las moscas. Se dice desde antiguo que "la felicidad es conocerse a uno mismo". Bueno, yo estoy seguro de que no basta, pero hoy encuentro bastante sentido a la frase.

El caso es que es el tercer fin de semana que me tomo de descanso, sin hacer nada. Y me encuentro tan relajado, que casi tengo olvidadas las moscas. Digo entonces: si aún, por suerte, puedo pasar alegre dos días de cada siete, quizá podría intentar que fuesen tres. El truco parece estar en
conocer los mecanismos del estrés.

Por ejemplo, muchas de las de las veces que acabo desquiciado con las moscas es un día de mitad de semana, después de comer. Me tiro en el sofá un rato, pensando en cómo me organizo y, en vez de ver el techo pintado de blanco, veo lamparones que sigo sin cesar con la mirada. Entonces, se van volando tres cuartos de hora, y pierdo la concentración para el resto de la tarde.

Esto no me ha sucedido ni ayer ni hoy en todo el día. Después de comer, he ido con un par de amigos a dar una vuelta por una carretera secundaria, y nos hemos tomados una cerveza en un bar. Y nada. Ni una mosca. Miraba los prados, los árboles, el cielo nuboso, y casi tenía la impresión de que que poseían una nitidez perfecta. Sí, desde luego hubiese sido fácil verlas si hubiese querido. Pero sencillamente no me apetecía, estaba de buen humor (vítreo, claro). Por tanto, en mi caso,
el estrés parece ser un factor determinante.

Dos tendencias he observado desde que me aperecieron las moscas: por una parte, que objetivamente son más y mayores; por la otra, que en determinados momentos la ausencia de estrés me hace regresar a cuando tenía una o dos.

Pero en fin, con estas cosas
no hay que animarse demasiado ni ponerse eufórico. La alegría suele ser como un pajarito caprichoso, y apenas alza uno un poco la voz, se va volando. Quedan días terribles sin duda. Pero la próxima media hora estaré bien. Es para mí suficiente.

20/3/07

Nubes


Se cumplen tres meses desde que me apareció la primera mosca. Tengo que reconocer que el balance, desde entonces, ha sido bastante negativo. Ahora, la primera es más intensa y a ésta se le han sumado muchas más de tipo filamentoso, que recorren transversalmente todo el campo de visión.

En condiciones de luminosidad y uniformidad cromática del campo de visión, cuento decenas de estas sombras. Por el contrario, cuando miro de forma directa una fuente de luz, el efecto es similar al que causaría una bombilla encendida en un laberinto de espejos.

Pero no cuento las moscas que tengo ahora. Cuento los placeres que he perdido.

Hay un hecho elocuente: antes, siempre recurría a mirar por la ventana como refugio para las pequeñas tensiones cotidianas. Siempre admiré el valor de la vista como fuente de placer, y los paisajes, los cielos y sus nubes como una ventana por la que asomarse para respirar. Ahora, llego a casa tan cansado que sólo deseo sacarme las lentillas y echarme en la cama con los ojos cerrados.

El camino está marcado. Es necesario acostumbrarse. La vista es para sobrevivir; los placeres son un lujo que la medicina no tiene obligación de cubrir. Los placeres son siempre “a mayores”, y son dones de la fortuna, o quizá de una denodada búsqueda personal. Pero no tienen que ver con la medicina. Para la medicina, el cielo no es imprescindible…

16/3/07

Gafas de sol


Rara vez he usado gafas de sol. Me gustaba la luz, y cuando hacía un día de sol disfrutaba de salir a la calle con los ojos bien abiertos, recorrer el horizonte, sentir el calor de la luz y los colores allá en las profundidades del alma. Mirar al sol casi de frente, y ver desintegrarse los contornos, vaporizarse las formas.

Entonces, el otro día reparé en la cantidad de gente que usa gafas oscuras apenas se asoma un poco el sol a finales de invierno. Me pregunté si sería por estética, por necesidad o por gustos visuales. Me respondí que poco importa. Pensé entonces que si tanta gente se pone gafas por gusto, podría empezar a hacerlo también yo.

Pues creo que lo que uno disfruta no es la capacidad de ver en sí. Sino aquello que se ve. Y disfrutar con lo que se ve es sólo cuestión de práctica. Supongo que, de haber nacido con las moscas, hoy tendría gustos visuales parecidos.

El cambio, no obstante, sobre todo si es tan repentino, obliga casi a olvidarlo todo, y aprender a ver otra vez. Volver a encontrar la belleza en otros hábitos. A menudo, renunciar a unos hábitos mantenidos durante años es lo que más lastra el terminar una relación de pareja. Y esto de debe de ser parecido.

Dicen que uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Yo estoy orgulloso de no haber seguido esta norma. De haber disfrutado activamente de una visión límpida y transparente en tanto la tuve, y fueron bastantes años, al cabo, donde cada mirada fue intensa. Pero hay un tiempo para todo, un principio y un fin.

Y ahora empieza otra cosa.

4/3/07

Enlaces de interés




Información.
Descripción general del problema y puntos de vista oficiales.

'Miodesopsias', en la Wikipedia española (ESP)
'Eye Floaters', en la Wikipedia inglesa (ING)
'Las moscas, hilitos y manchas negras', artículo en el blog de Ocularis. Blog divulgativo sobre la visión, escrito por un oculista (ESP)
Postura oficial del National Eye Institute de Estados Unidos (ING)



Webs militantes.
Páginas a menudo creadas por afectados, en cuyo discurso se promueve una reconsideración del problema.

Miodesopsie.it. Associazione Cielo Azzurro Onlus, asociación italiana sobre miodesopsias, que destaca por su participación en proyectos de investigación y en multitud de eventos sociales. (ITA)
Mouches-volantes.de, portal alemán sobre miodesopsias (ALE)
Floatershell.com, página personal creada por un afectado. Ofrece una visión general y sintética del problema, y de sus implicaciones psicológicas. Además, ofrece un fiel simulador de moscas volantes. (ING)
Eye-floaters.com, portal muy exhaustivo dedicado a aportar información y opinión sobre las miodesopsias. (ING)
Floater talk, el foro más completo y dinámico que he encontrado en internet sobre el tema de las moscas volantes; gracias a Ramón (ING)
Floatbusters. Who ya gonna call?, blog de un afectado neozelandés que padece miodesopsias desde los catorce años (ING)
Floaters Illustrated, página personal de un francés que padece miodesopsias (ING)
El mal de los flotadores, página en español con algunas simulaciones interesantes (ESP)
Corps Flottant, foro francófono sobre moscas volantes (FRA)
Sklivcové zákalky, visión del problema desde un sitio checo (CHE)
Mushek.net, portal en lengua rusa (RUS)
Cikkek, linkek üvegtesti homály témában, blog húngaro que recopila artículos diversos sobre moscas volantes (ING y HUN)


Otras webs recomendadas. Porque no todo son miodesopsias.

Pour en finir une bonne fois pour toutes avec mon blocage à l'égard de l'anglais es el blog personal de Mauricio, quien por cierto administra el foro en francés sobre miodesopsias http://www.corpsflottant.c.la/ (FRA)

3/3/07

Manifiesto


Las
miodesopsias o ‘moscas volantes’ son opacidades que se forman aleatoriamente en el humor vítreo del ojo. La oftalmología las considera un problema menor y no tienen tratamiento. Sin embargo, para quienes las padecen pueden llegar a ser un tormento, pues se manifiestan como sombras informes suspendidas en el campo de visión. Las estadísticas que manejan los médicos dicen que un alto porcentaje de la población tiene moscas volantes, y que la mayoría de las veces son consecuencia natural de la edad, de la miopía y de otras circunstancias. No obstante, la cantidad, la intensidad y, sobre todo, su posición más o menos periférica en el campo visual juegan un papel decisivo en el grado de adaptabilidad de quien las padece.

Es un problema extraño, que es y que no es. Para los médicos, hablamos de un asunto sin importancia, que
se supera con la costumbre. Parece una de esas extrañas aristas que los avances técnicos han dejado sin limar, habida cuenta de que no supone un problema real de pérdida de visión, ni conlleva dolor físico, ni se manifiesta al exterior. Pero por otra parte, se constata la negativa influencia sobre la concentración en actividades como la lectura o el uso de ordenadores; no en vano, en internet se pueden encontrar muchos testimonios desconsolados. Al margen de la gravedad, la inexistencia de un tratamiento médico parece la causa de que sutilmente se haya venido a plantear que las miodesopsias son sólo un problema de actitud. Lo cierto es que, puestos a eso, todo en la vida es cuestión de actitud. Y creo firmemente que es un buen consejo, aunque más propio de los psicólogos y de los curas que de los médicos. De todas formas, parece claro, en este caso el consejo nos viene al pelo.

Por eso se me ha ocurrido hacer este pequeño experimento. Un experimento que quizá embarranque a las primeras de cambio, no sé si por demasiado frívolo o por demasiado ingenuo. Lo digo porque soy nuevo en esto, y me cuesta calibrar a estas alturas en qué van a cambiar mi vida las moscas. Pienso que puede ser frívolo para quienes sufren con gran pesar este problema, que bien pueden tomar este foro por una grandísima majadería. Y digo ingenuo por quienes conviven felizmente con sus moscas, o por quienes padecen de verdaderos problemas de vista o de salud en general, que tal vez piensen que es estúpido compadecerse de algo tan insustancial.

Sea como fuere, estoy seguro de que
podemos decir algo al respecto. Algo que nos dé ánimo a quienes nos lastran más las moscas y que nos ayude a sondear qué efecto hace esa extravagante medicina de la actitud positiva. Para buscar esta extravagante medicina, sólo se me ha ocurrido una idea extravagante: hacer un blog. Me gustaría que fuese un lugar para la reflexión sobre los sentidos. Un espacio para el sentimiento, para la opinión no científica sobre la maravillosa capacidad de ver. Para el lamento también, si se da el caso, pero especialmente para la ironía, pues con ironía parecerá la queja menos desmesurada. Al fin y al cabo, este padecimiento es pequeño comparado con el de otros muchos.

Aún sin apenas arrancar, con la mínima capacidad de convocatoria, y así de repente, propongo que hablemos un poco de qué va esto, que enseñemos nuestras moscas, que hablemos del mundo que se ve a través de nuestros ojos.