El vuelo de las moscas cojoneras

Las miodesopsias o 'moscas volantes' son opacidades que se forman a veces en el vítreo del ojo y tienen carácter permanente. Para quienes las tienen, se perciben como sombras que pululan por el campo visual, a menudo comparadas con puntos, hilos o telarañas. La oftalmología las considera por sí solas un problema menor. Hoy en día, no las trata porque no dispone de un remedio eficaz; no obstante, sostiene que se dejan de percibir con la costumbre. Cuestionada esta afirmación por muchas personas, este blog nace para comprobar su veracidad sobre mi caso particular. Pero no persigue una experiencia científica, sino expresiva.
[Aviso: ÉSTE NO ES UN BLOG DE MEDICINA. Para leer una descripción médica de las miodesopsias, visita este enlace.]

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5/5/09

Apertura del foro


Como se ha venido diciendo aquí durante las últimas semanas,
un foro sería la fórmula más adecuada de trascender lo que ha significado este blog durante los pasados dos años. Muchos de vosotros habéis notado que un blog no es la forma más adecuada para el intercambio de opiniones, aunque pueda ser apropiado para la expresión individual y para hacer un planteamiento ordenado de las ideas.

Así pues, y dado que este blog ha terminado hace días su andadura,
os comunico la apertura del foro que se estaba anunciando. Con él, no se trata de dar continuidad a lo que yo, a título individual, he venido sosteniendo en esta página, sino más bien de dar salida al interés de muchos lectores por seguir hablando del tema, libres del corsé del guión impuesto por el autor del blog. Esto significa que el foro se va a construir a través del discurso de sus participantes, emancipado de lo que previamente se haya dicho en El vuelo de las moscas cojoneras.

7/3/09

Epílogo


Se cumplen dos años desde que comencé a escribir este blog,
empujado por la conmoción de haber desarrollado repentinamente gran cantidad de moscas volantes en mi vista. Los años suelen cumplirse y celebrarse como homenaje a la supervivencia, pero no en este caso. Una vez alcan
zada la altura deseada, la cumbre desde la que se quería mirar el valle, llega el momento de iniciar el descenso de vuelta a casa.

Desde el principio, no planteé este blog en términos n
arrativos, no en términos lineales, de expansión hacia adelante; sino en términos descriptivos, en términos de circularidad, con la intención de cartografiar el territorio circundante, de pintar con la mayor precisión posible el estado de un individuo concreto, que soy yo. Por eso, cada nueva pincelada, antes que suponer una expansión en el espacio, ha querido ser para mí un mayor nivel de concreción en los detalles del paisaje. Y ahora el círculo se cierra, la mirada ya ha recorrido todo el panorama, y es el momento de concluir el cuadro.

Quiero decir que lo que quería contar ya lo he co
ntado, y a partir de aquí sólo cabría seguir girando en torno a lo mismo, añadiendo capas del mismo color. Y es que nunca me planteé abrir el discurso hacia el aspecto estrictamente médico, para lo cual no estoy preparado, porque sólo serviría para repetir lo que ya se conoce, y sólo vendría a confundir y emborronar los objetivos iniciales del blog. No quiere decir esto que no pueda hablarse sobre mil aspectos técnicos que nos afectan; sino sólo que yo no he querido mojarme sobre un tema sobre el que, sinceramente, no puedo aportar nada.

Es el momento de recordar que estamos rodeados por infinidad de dramas, dramas mucho peores que éste y sin solución.
Por eso es tan necesario medirse para no caer en la exageración y la prolongación de nuestro problema. Se ha tratado aquí de definir las miodesopsias en sus justos términos. Y esos términos son que las moscas no son "nada", no son "las ignoras y desaparecen", porque yo creo que ése es un discurso apócrifo, que no se ajusta a la verdad.

Sobre el tema de las encuestas que estaban pendientes de ini
ciarse, he pensado en dar otro enfoque. Una sola en la columna de la izquierda y con tiempo limitado resulta un poco escaso; el número de votos que reciben es elocuente. Muy pronto, y como ya he comentado, se pondrá en marcha un foro que seguramente va a cubrir mucho mejor lo mucho que aún se puede hablar del tema desde el punto de vista de los afectados. Las encuestas, además, podrían reconducirse desde ahí de una manera más eficiente. El enlace de este nuevo foro lo anunciaré pronto en esta misma página. Porque no tengo intención de borrar el blog. Simplemente va a permanecer esencialmente quieto, como el vestigio de una historia individual que será todo lo subjetiva que se quiera, pero que no obstante es auténtica. Y quizá sirva para ilustrar a alguien que, como yo hace dos años, se encuentre en los primeros instantes de desesperación y busque hacerse una idea de lo que le espera.

Por último, os mostraré el paisaje desde mi casa de aquiler. Lo que se ve al fondo de la foto, como muchos reconoceréis, es la catedral de Santiago. Se me
ha ocurrido varias veces desde que entré en el piso que es una pena tener un árbol interpuesto entre la ventana y la vista de la fachada del Obradoiro. Si lo talasen, pensé, podría verse entera, sin interferencias, nítida en su encrespada superficie, con sus míticas torres. Pero, por otra parte, he pensado que peor que las ramas que entorpecen la vista sería carecer del panorama que está al fondo. Porque yo creo que si las moscas nos duelen es porque allá al fondo hay algo que nos atrae, algo que quiere ser mirado. Y mientras exista, aquel lugar justifica que abramos bien los ojos.

1/3/09

La encuesta que faltaba


Una de las cosas que me quedaban pendientes es la encuesta que anuncié hace tiempo (
aquí) sobre vuestra percepción de las causas de las moscas volantes. La última de las encuestas ('¿Podrías identificar alguna causa concreta para tus moscas volantes?') hace tiempo que se cerró, así que quería comentar algo. Lo que pasa es que, con la bajísima participación, no parece muy apropiado sacar muchas conclusiones. En general, yo resaltaría que la figura del médico es la que resulta peor parada, pues su opinión es la menos tenida en cuenta por debajo de nuestras intuiciones. No obstante, y una vez más, hay que recordar que quienes acatan felizmente la opinión de su médico no llegan a este lugar. En primer lugar voy a proponer la nueva encuesta que ya había anunciado, confeccionada con todas vuestras sugerencias, aunque a veces reorganizadas en respuestas más genéricas. Por ejemplo, en vez de incluir tipos de golpes y accidentes diferenciados, me refiero a la categoría genérica de contusiones. Por otra parte, y dentro de unas semanas, incluiré en el blog toda una página con un grupo amplio de encuestas que no caduquen, entre las cuales se incluirán las que se han venido realizando en este blog.

19/2/09

Un símil con las moscas volantes


Cuando entré en mi nuevo piso de alquiler, me encontré con un fenómeno que podría ilustrar parte del funcionamiento de las moscas volantes. El fenómeno no tiene nada de paranormal, y usarlo como símil de este asunto puede que os parezca una idea peregrina. Pero yo creo que puede ejemplificar con sencillez un mecanismo que se basa en tres conceptos: la luz, el obstáculo y la sombra.

Pues bien, una de las habitaciones de la casa está abuhardillada e iluminada a través de dos claraboyas. Frente a ellas se levantan, más altos que el edificio, los árboles de un parque, muchas veces mecidos por el viento. Lo que pasa es que, al atardecer, el sol va descendiendo por detrás de los árboles y lanza su luz filtrada por las ramas a través de las claraboyas, en una suerte de proyección cinematográfica.

El destino final, la pared blanca de la habitación, se ilumina con un recuadro dentro del cual se proyecta un torbellino de sombras informes. Esta superficie vendría a hacer las veces de retina, lugar donde desemboca la luz, y donde se manifiestan también los obstáculos antepuestos a su fuente original, que sería el sol. Por su parte, los obstáculos, las miodesopsias propiamente dichas, serían las ramas de los árboles agitadas por el viento, las cuales únicamente manifiestan su sombra sobre la retina.

Muchos objetaréis que vuestros síntomas no son semejantes a los de una densa masa de sombras frenéticas, sino que se se parecen más a zarzas perfectamente delineadas, o que se trata de puntos concretos y perfectamente individualizados, más o menos numerosos. Pero bueno, en concepto el esquema fuente de luz-obstáculo-proyección de sombra es el mismo. No obstante, tengo que decir que en mi caso sí encuentro un gran parecido entre la apariencia de mis miodesopsias y el símil de los árboles, no en vano las he descrito varias veces en términos de humareda y de bullicio gaseoso (p. ej. aquí). Justo por eso encontré tan ilustrativo el fenómeno de la pared.



Vídeo: proyección sobre la pared de las sombras de los árboles.