El vuelo de las moscas cojoneras

Las miodesopsias o 'moscas volantes' son opacidades que se forman a veces en el vítreo del ojo y tienen carácter permanente. Para quienes las tienen, se perciben como sombras que pululan por el campo visual, a menudo comparadas con puntos, hilos o telarañas. La oftalmología las considera por sí solas un problema menor. Hoy en día, no las trata porque no dispone de un remedio eficaz; no obstante, sostiene que se dejan de percibir con la costumbre. Cuestionada esta afirmación por muchas personas, este blog nace para comprobar su veracidad sobre mi caso particular. Pero no persigue una experiencia científica, sino expresiva.
[Aviso: ÉSTE NO ES UN BLOG DE MEDICINA. Para leer una descripción médica de las miodesopsias, visita este enlace.]

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2/7/07

Explicaciones


Ayer pasé por el típico episodio de contarle a un amigo lo que son las moscas volantes. Yo no suelo hablar con nadie de esto, porque sé bien a lo que conduce, así que
buena parte de las personas que para mí son importantes no saben nada de esto, y a una pequeña proporción se lo he contado puntualmente sin volver a sacar el tema.

Por eso ayer no me lo esperaba. Salió a raíz de que llevaba yo la típica marca en las patillas de haber estado con gafas. "has estado con gafas, ¿no?". "Pues sí", digo yo. "Por cierto, ¿y las moscas qué tal?". "Pues igual", me encojo de hombros. Entonces,
empiezan las preguntas.

Ya he visto en algunas ocasiones lo difícil que es describir el problema éste a quien no lo tiene.
La mayoría tiene una facilidad pasmosa para entenderlo de forma extrema, y pasan de pensar que es una manía, que sólo se ven cuando se buscan obsesivamente, a pensar que podemos dejar de ver un objeto de la realidad si coincide que una mosca se le planta encima.

La cuestión es sencilla, le dije. Cuando alguien va en coche y lleva el parabrisas sucio, ¿conduce con más dificultad? En principio, si se trata de la típica suciedad de parabrisas (no de una capa de estiércol), nadie se siente molesto por conducir así. Se le puede preguntar a un conductor, "¿ves las moscas?" Y naturalmente responderá: "si me fijo, sí". Se le puede preguntar:
"¿es posible que dejes de ver un stop porque una de esas mocas estampadas contra el parabrisas te lo tape?". Y responderá: "hombre, haría falta mucha coincidencia, casi sería necesario pretenderlo aposta; además, tengo dos ojos, y la mosca no es ni tan grande ni tan negra".

La diferencia entre la suciedad del parabrisas y las moscas volantes es que las primeras son mucho menos molestas, porque están fijas, y uno asimila su posición. En el segundo caso, las moscas bullen en el campo de visión, siguiendo una deriva impredecible en la mayoría de los casos. Pero, en el concepto, ambas son experiencias muy parecidas.

Y volvemos a lo mismo:
las moscas son una cuestión de atención, no restan visión en la práctica, sólo molestan. Ahora bien, en mi opinión, la Medicina también debería tener en consideración esta consecuencia, al menos para ayudar a los pacientes a encajar el problema. Supongo que una molestia constante, que nos llega de un día para otro y nos obliga a cambiar nuestra relación con el mundo merece cierto grado de respeto.

Al final, le dije a mi amigo que en internet había un simulador de moscas volantes, por si quería verlo. Se lo tomó como una iniciativa de frikies, y echó una risotada. "Qué es, ¿para concienciar a la población?". En fin, lo de concienciar a la población suena demasiado solemne, si pensamos en los problemas verdaderamente graves que existen. Yo diría simplemente que ese programita es consecuencia de
la necesidad que todos hemos sentido alguna vez de explicar a otros cómo vemos.

El efecto del simulador está bastante conseguido. Así que si alguien tiene curiosidad, lo recomiendo. Una vez iniciado, con
la tecla J se añaden miodesopsias. En mi caso habría que poner un valor de 50.000 apr
oximadamente, para condiciones de luz intensa, porque ya se sabe que al disminuir la luminosidad su visibilidad es menor.

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