El vuelo de las moscas cojoneras

Las miodesopsias o 'moscas volantes' son opacidades que se forman a veces en el vítreo del ojo y tienen carácter permanente. Para quienes las tienen, se perciben como sombras que pululan por el campo visual, a menudo comparadas con puntos, hilos o telarañas. La oftalmología las considera por sí solas un problema menor. Hoy en día, no las trata porque no dispone de un remedio eficaz; no obstante, sostiene que se dejan de percibir con la costumbre. Cuestionada esta afirmación por muchas personas, este blog nace para comprobar su veracidad sobre mi caso particular. Pero no persigue una experiencia científica, sino expresiva.
[Aviso: ÉSTE NO ES UN BLOG DE MEDICINA. Para leer una descripción médica de las miodesopsias, visita este enlace.]

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7/7/07

La mirada a la defensiva


Con el paso de los días y los meses, alcanzo cierto nivel de costumbre. Es natural; de no ser así, acabaría por volverme loco. Así que, poco a poco, y porque no queda más remedio, voy cediendo algunos feudos al ejército invasor sin oponer resistencia, tratando de construir una vida placentera en nuevos territorios. Intentando no pensar demasiado en ello, pues al fin y al cabo, por más que piense, las cosas no van a cambiar.


Este nuevo estadio acostumbrado, que aspira a postergar el lamento, que da la espalda al recuerdo, es la ambición más saludable y realista que uno puede tener. Pero mantener ese estado permanentemente es difícil. Sin querer, acabo siempre subiéndose a un peñasco y divisando desde allí los territorios perdidos, invadidos de negros alambres de espino. Entonces, se manifiesta con toda claridad el tamaño de lo perdido, luce perfectamente a la luz del sol la zanja abierta entre mi vida y la que tenía.

Ayer hice el último examen que me faltaba y terminé prácticamente con este intenso y difícil curso, tan lleno de sombras terribles y al tiempo, por suerte, de luces entre ellas. Hacía ya varios días que me preocupaban menos las miodesopsias, quizá principalmente a causa de que estaba tan agobiado de trabajo que no tenía tiempo para pensar en ellas. Tengo que reconocer que muchas veces me sentí fuerte, y albergaba la esperanza de que, al llegar el momento de terminar con las obligaciones, sentiría haber dado un paso de gigante por superar este ridículo asunto de las moscas.

No fue así. Al principio, me invadió una antigua y primaria sensación de libertad, de tener todo el tiempo y el mundo para disfrutar a voluntad. Pero se esfumó cuando me vi en el espejo y vi mis párpados caídos, desmayados, recelosos desde hace un tiempo de abrirse demasiado. Caí en la cuenta, por un instante, subido a ese peñasco desde el que puede avistarse todo el territorio circundante, de que mi mirada está cansada, desencantada, llena de indiferencia. Ya no se lanza a devorar lo que está a su alrededor, palpitando con cada brillo, con cada color, sino que se atrinchera a la defensiva cada vez que sale el sol, temerosa de que le recuerden la tierra que ha perdido.

3 comentarios:

Perzival dijo...

Cuando Borges quedó ciego, siendo director de la Biblioteca Nacional e insaciable lector, se dijo: a partir de ahora, sólo poesía. Sin embargo, con el paso de los años, volvió a escribir cuentos, ensayos, e incluso, ir al cine, a "escuchar una película".
A pesar de todo esto, Borges no era feliz porque las mujeres lo rechazaban. La vida es así, compañero.

Anónimo dijo...

Hola. Me presento. Me llamo
Angel, tengo 33 años y también sufro de las llamadas miodesopsias o mosquitas volantes.

Que yo recuerde, las padezco desde que tenia 25 años; si bien esa primera vez se resumian a una grande en el ojo derecho, y pocos hilitos en el izquierdo...

Pues bien, desde hace 5 meses se me han multiplicado enormemente. Fui al oftalmologo, y me dijo que tenia desprendimiento de vitreo, y lo de siempre: que no desaparecen y que me acostumbre.

La verdad es que te comprendo bastante. Son molestisimas, pero pienso que es cuestion de acostumbrarse y pensar que hay, no solo cosas peores, sino mejores en las que dedicar uno el tiempo.

Interesante el programa ese que simula las moscas volantes, sirve de alguna forma de hacer ver a los demás de lo que uno padece.

Un saludo y animo compañero!!!.

juan d. dijo...

Perzival: sí, la vida es así. Lo digo sin sorna ninguna. En otra ocasión, puedo hacer un blog sobre las mujeres. Supongo que es otro de esos temas que, según con quien se hable, puede pasar de ser grave y trascendente a berrinche de un niñato incapaz de manejar frustraciones de lo más normales. Los comentarios que se leen en muchos foros sobre miodesopsias ofrecen ejemplos en ambos sentidos. Un saludo, y gracias por tu comentario.

Ángel: gracias por el ánimo. Te lo mando yo tambien a ti. La cosa, por suerte, va marchando. Es un poco la inercia de los días, y otro tanto las cosas buenas que tú dices. Y es que el problema, aunque fastidiosísimo, no es fatal, y por eso debe ser sólo una pequeña faceta de nuestra vida.

Acabo justo de llegar hoy de Italia; espero pronto escribir algo al respecto. Un saludo.

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