El blog de Ocularis (III): objetos y sujetos
Decíamos que Ocularis construye su blog antes desde el consenso que desde la opinión particular. Es decir, lo que le interesa es el discurso institucional, en tanto éste aspira a la objetividad y la universalidad; no los juicios ajenos a la metodología científica, emitidos intuitiva e incluso desesperadamente y que, aislados y subjetivos, no sirven al conocimiento.
No obstante, esta distinción marcada por Ocularis aparece difuminada en algunos momentos puntuales, sin que él mismo parezca haberlo notado. En una pieza clásica de su blog, titulada “Relativizando las cosas”, se echa mano de una dramática historia con la intención de sacudir nuestra conciencia, a costa de ridiculizar la insensatez de un paciente con moscas. Este buen señor, que “no se tropieza con la silla al entrar”(*), sirve cómicamente al objeto de reforzar la incontestable evidencia de que siempre existe un mal peor que el nuestro. La tesis podrá ganarse o no nuestro corazón, pero sea como fuere, lo que es innegable es que no estamos ante un discurso científico, sino marcadamente moralizante.
Respecto a mi corazón: inmediatamente me veo compelido a suscribir la tesis de Ocularis, desbordado por la contundencia de la lógica empleada. Pero, al rato, descubro avergonzado que sigo sintiéndome lastrado por mi pequeño mal. Yo creo que el aplastante argumento de que siempre existe un mal mayor no sirve tanto a los aprendices como a los que tienen la maestría. Así, suele demostrarse incapaz de penetrar a la primera las murallas del dolor de cada uno, y sólo usado a modo de ariete, tras muchas embestidas, puede abrir alguna brecha. Porque las heridas del alma no son cosa de lógica, y no se curan con verdades puntuales, sino como consecuencia de un largo aprendizaje basado en la experiencia directa (cosa que los médicos conocen bien). La fuerza que nos suscita las ganas de vivir, como sabemos, está muy lejos de las verdades racionales; de otro modo, evidencias como la muerte, que siempre es inminente, sólo podrían persuadirnos de abandonarlo todo.
Imagen: ejemplo de discurso moralizante, es decir, que persigue la instrucción de las costumbres y, en definitiva, la inculcación de una actitud ante la vida. Corresponde a un libro de emblemas, muy habituales en el Barroco. Este emblema, titulado Advertid que somos polvo, pertenece al Theatro Moral de la Vida Humana (1669), de Otto Vaenius y Antonio Brum. El texto del epigrama dice: "Contempla en la obscuridad / essa sombra que te asombra: / pues la más rara beldad /que ahier se adoró Deidad / hoy es menos que su sombra".
Así pues, “Relativizando las cosas” es una regañina velada, es decir, una reflexión no acerca de lo que es, sino acerca de lo que debe ser. Es un sermón paternalista, más o menos explícito, sobre lo que está bien y lo que está mal. En consecuencia, es más una lección de filosofía para la vida que una estrictamente de medicina. Ello no quiere decir que carezca de razón o de lógica. Sin duda la posee, y muy fuerte; pero se trata de una razón intuitiva, una lógica a priori, de la que cualquier persona dispone sin necesidad de estudiar medicina. Por eso, desde el momento que Ocularis adopta este registro moral, se encuentra en tierra de nadie, y cualquier persona posee la autoridad de cuestionarlo.
Dejando a un lado a Ocularis, lo cierto es que la confusión entre discursos de conocimiento y discursos moralizantes (es decir, ideológicos) son a mi juicio frecuentes en la práctica profesional de algunos médicos. Me disgusta enormemente que, frente a quienes separan limpiamente los hechos de las opiniones, algunos gusten de solaparlos. Es decir, repruebo que algunos médicos, utilizando el nombre de la Medicina (y su tradicional autoridad moral sobre las gentes corrientes), rebasen su territorio para ejercer, por ejemplo, de curas. Lo considero una impertinencia similar a la del curandero que se anuncia como médico.
En ambos casos, en mi opinión, se secuestra el nombre de la Medicina para hacer otra cosa. No obstante, todos somos libres de hacer otra cosa. Por eso, acepto con total deportividad que un médico me regañe si se quita antes la placa y me habla “de paisano”, como una persona más que, desde la intuición, se dedica al libre ejercicio de opinar. No es que me parezca bien; me parece incluso recomendable. Pero llegado ese punto, el médico debe aceptar una relación simétrica con su interlocutor. El caso es que metafísica no se estudia en medicina, y dar sermones sin arte me parece un gesto arrogante.
Es obvio que el blog de Ocularis no tiene como finalidad, ni primaria ni secundaria, la de aleccionar a sus lectores. Pero yo le preguntaría si es consciente haberlo hecho de manera puntual; porque para mí lo ha hecho. Pero esto no es nada malo. Aunque Ocularis escriba un blog médico, tiene derecho a opinar, como todo el mundo. Tiene todo el derecho a desarrollar, a la par de su discurso sobre oftalmología, otras tramas discursivas en las que, por poner un ejemplo, opine sobre cuestiones de moral. Simplemente se trata de opinar, como opinamos todos. La cuestión está en saber si Ocularis acepta a un interlocutor en condiciones de simetría, es decir, si acepta como un empate que el enunciado “siempre hay gente con una salud peor” reciba como respuesta “siempre hay gente con una salud mejor”.
“Ayer viví una situación que me invitó a la reflexión, y quería compartirlo con vosotros”, dice Ocularis para comenzar su artículo. Objetivamente, no podemos decir que el estilo de Ocularis se arrogue autoridad. Siendo así, lo respeto perfectamente, y me parece una postura honesta. Por lo general, las ideas de Ocularis acerca de las opiniones personales de cada uno impregnan todo su blog, y revelan que no se cree con autoridad de cambiarlas. No obstante, las desdeña porque no las considera pertinentes al objeto de blog. Estas dos actitudes hacia las ideas de los demás son legítimas y respetables, y por tanto es justo que les demos respuesta en idénticos términos. La postura del médico puede resumirse en una de sus frases: “cada uno es libre de opinar que sus moscas son incapacitantes, pero yo no voy a darle la razón”.
En último término, esta afirmación me parece buena. Pero presenta un problema aparente que me gustaría analizar. Resulta que cruza dos planos antagónicos: el de las calientes emociones de un individuo y el de los fríos enunciados que, acerca de muchos individuos, consensúa una disciplina que nos es ajena. Como consecuencia, la paradoja. No podemos evitar sentirnos perplejos cuando nos dicen que algo tan real como nuestra propia tristeza es “relativa”. Debemos estar atentos a la sutileza: es relativa en tanto somos parte del objeto de estudio de la Medicina; pero es absoluta en tanto somos sujetos y no tenemos más sentimiento que el nuestro propio.
Considerados los dos extremos, creo que la postura más inteligente es no enrocarse en ninguno de ellos. La invitación a “relativizar” recoge la vertiente “objetivista”, en la medida en que nos invita a vernos desde fuera, formando parte del mundo, como objeto entre muchos objetos. Nos invita a recordar, en suma, que no somos los únicos en el mundo y, en consecuencia, que la chica que iba a morir o a perder la vista es tan real como nosotros. No obstante, por encima de las tierras y de los tiempos, de la infinidad de calamidades que harían sonrojarse a las nuestras, nosotros no podemos dejar de existir subjetivamente. Mi blog quiere ser humilde demostración de ello.
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6 comentarios:
Me pareces una persona con la cabeza muy bien amueblada.
Lástima que no seas médico.
En el mundo de la ciencia (en el que yo me incluyo) hace falta gente que impregne los números, estadisticas y porcentajes de un poco de humanidad y reflexión.
Sigue así.
Por cierto, como curiosidad, ¿cuantas entradas como media recibe esta página web cada día?.
Es por hacerme una idea de la gente a la que las moscas volantes les perjudican en su día a día. O lo que es lo mismo, la gente que tiene miodesopsias severas y se ve forzosamente incluida en el mismo saco estadístico de los que ven "un puntito de vez en cuando".
Un saludo.
Pablo.
Hola, me uno al club de las moscas, me aparecieron unos filamentos, (uno recuerda a la silueta que nos ponen siempre en películas o telediarios para enseñarnos el virus ébola) en los dos ojos, y una pequeña mosca oscura en el izquierdo, (en realidad es un puntito), tendré que pasarme por el oftalmólogo para consultar.
LLevo más un año, como digo, pero hace poco leí que ver manchas, filamentos, o puntos, puede ser síntoma de desprendimiento de retina, así que a ver si pido cita, (ya para septiembre, que en agosto los becarios y los pringaos no dan pie con bola en todas partes...)
Cada problema, para aquel que lo sufre, es un mundo, pero me parece que exageras, hacer un blog sobre esto, tío, piensa que al menos ves el mundo, oculto a ratos por arácnidos y algún díptero cojonero, pero que puedes percibirlo en toda su magnitud, o degeneración (según lo veas), al contrario que mucha gente que vive permanentemente condenada a una oscuridad eterna, o a ver simples manchas informes, o pobres cambios de luz.
Desde que me aparecieron no le dí mucha importancia, al fin y al cabo navegar por internet, ver películas, jugar a videojuegos, y otras muchas actividades, no han sido afectadas por estos hilillos y el punto negro.
Ahora soy cartero y a pleno sol, ya de agosto, mirar la hoja de los certificados es explorar una pequeña jungla, pero no le doy importancia, hay cosas peores.
Mucho peores, pero como digo cada cruz personal cada uno le da un volumen muy subjetivo, y lo que para uno es un mundo...en tu caso tu mundo se llama, miodesopsia.
En fin, mi mundo se llama condición de Fordyce.
Eso es más preocupante, no por enfermedad, sino por estética y/o autoestima, eso para mi es un verdadero problema, mucho más.
No es lo mismo ver unos filamentos desde hace un año y pico, (que en mi caso es cuando miro a una pared o folio, o pantalla de ordenador), que tener la polla llena de granos...
Imagina la fobia social, o la soledad que ello me ha producido y produce hoy en día.
No es una enfermedad, pero a ver como se lo explicas a una chica.
Saludos y no exageres tanto.
Juan, muy bien respondido al de las dos y cuarto, el mismo se contradice , pq si es algo que no le preocupa no se que narices hace metiendose aqui y en cima se toma la molestia de escribir una buena parrafada con lo que odio yo esto de escribir con teclas y aunque sepa escribir a maquina pues es bastante rollo.Encima nos introduce un lenguaje soez e intenta desviar la problematica.
Acaso alguien ha dicho aqui que se pare el mundo hasta que esto no se solucione.
Al menos aqui , no se pastorean las opiniones como en el blog de ocularis, algo que ya de por si dice bastante de tu persona y de la pluralidad de este lugar que espero pronto se convierta en foro hispano sobre el tema , siguiendo los pasos de otros idiomas.
Un saludo
De algo hay que morir, ¿o acaso pretendiáis vivir para siempre?,
hay que asumir que los órganos se van estropeando con los años, lo mismo los 5 sentidos, esos 5 nudos que nos atan a este mundo, se van aflojando a medida que pasa el tiempo, es ley de vida.
Yo opino igual que ayer,(sí, soy yo, tengo IP dinámica) el que ha hecho este blog, es un exagerado, y además tanto estar delante de la pantalla del ordenador escribiendo el blog, con este fondo tan espantoso, no puede hacer bien a ningún globo ocular...
Preferir tener la polla como una mazorca (de granos, no de grande), a tener miodesopsias no creo que sea una opción muy acertada.
Si, la vista es el sentido más importante, (pero unos hilos y un puntito negro), o en tu caso un aquila adalberti revoloteando, no creo que te hayan provocado fobia social, baja autoestima, e incluso ganas de quitarte de en medio como me ha pasado a mí.
Por cierto llegué a este blog, buscando en google, "visión con moscas", o algo así.
Sentía curiosidad, después de un año notando esos hilos, (e incluso nubes, como cuando acabas de despertarte, pero apareciendo a cualquier hora del día).
En fin, que no quería ofenderte, ni nada por el estilo, sólo señalar como muchas veces nos ahogamos (sí, yo también) en un vaso de agua por nada.
Las miodesopsias y la condición de Fordyce, tienen en común su benignidad, y la imposibilidad de "curarlas", entendiendo que no son enfermedades como tales, sino putadas de un calibre muy pequeño si las comparamos con el cáncer, la ceguera, tetraplejia, síndrome de atrapamiento y demás miserias que pueden aguardarnos a la vuelta de cualquier esquina de este perro mundo.
Al que dice que me contradigo, que mire en su interior, el hombre (el ser humano, como dicen los progres), es pura contradicción.
Supongo que al menos tendrás amigos, una buena hembra, y ganas de hacer cosas, yo en cambio no tengo nada de eso, vivo una vida mediocre y gris, de casa al trabajo y del trabajo a casa...
Bueno al final estoy haciendo lo mismo que tú en el blog: autocompadecerme y tampoco era esa mi intención.
Pero a menudo me pregunto que hubiese sido de mi vida si no hubiese tenido este "pequeño" problema.
Nunca se sabe, a lo mejor llevar una vida aburrida y gris, me ha salvado de cosas peores.
En fin, saludos y no te tomes a mal mis comentarios y reflexiones.
Tu blog es bastante curioso.
Totalmente de acuerdo, seguiré leyéndote de vez en cuando.
Sólo hacía observaciones, quizás amparandome en el supuesto anonimáto de internet uno se vuelve bien demasiado sincero, bien demasiado cruel, incluso soez, pido por ello disculpas sinceras, ya que no pretendía para nada la ofensa.
Por otro lado señalar que no son manchas por mucho que diga wikipedia, y otras páginas, al no haber muchos estudios serios, hay mucha confusión en el tema, son granos, horribles y simples granos, que cualquiera que los viera diría que son producto de alguna extraña enfermedad tipo ETS, nada más lejos de la verdad, ya he visto 3 médicos que corroboran la normalidad de la piel, muy antiestética eso sí, pero a ver como se lo explicas a una chica...
En fin, mucho ánimo con las moscas, y aunque estén ahí, haz lo posible por no pensar en ellas.
Se que es muy cómodo lo que me permito aconsejarte, pero tienes que hacer como si no estuviesen ahí, intentar aislarlas con tu mente, al menos es lo que yo he ehecho con mi pequeño problema, eso sí, sin muy buenos resultados.
Cuando vaya al oftalmólogo pasado el verano, (ya te dije que no quiero suplentes, ni becarios) ya te contaré como me ha ido. (lo que es seguro es que mi miopía ha crecido un poco).
Por encima del sexo, aunque no lo parezca, valoro más el sentido de la vista.
Un saludo, por cierto tengo 33 años.
Y yo tengo 26. No tienes por qué disculparte. Queda perfectamente entendido lo que querías decir. Un saludo, y que haya suerte con todo.
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