El blog de Ocularis (IV): recapitulación
En los tres últimos artículos he hablado del blog de Ocularis. Llevaba tiempo deseando hacerlo; en primer lugar, para reconocerle un valor algunas veces cuestionado en el presente blog; en segundo lugar, porque es una referencia institucional de las consideraciones que la Medicina hace de las moscas volantes. Por ello, el Proyecto Ocularis no puede evitar ser un referente para mí en un doble sentido: atractivo y retractivo.
Atractivo, porque tengo una alta consideración del blog de Ocularis y de su propio autor, quienes sirven a la causa de la divulgación científica, aportando en ello seriedad, objetividad y fiabilidad. Retractivo, porque se constituye como referente antagónico para mi blog, es decir, contribuye a la definición de mi postura, a la construcción de mi discurso (y de mi identidad) como reverso de la moneda. Así, las categorías valorativo, opinativo, subjetivo y particular se definen como consecuencia de las categorías informativo, científico, objetivo y universal.
Los tres comentarios que he dedicado al blog de Ocularis responden a esta visión referencial del mismo. Así, mientras el primer artículo ofrece una panorámica general y una valoración positiva del blog en tanto que espacio científico, el segundo y el tercero retoman el tema en litigio (las miodesopsias), y usan a Ocularis (en relación de oposición) como pie para hablar de El vuelo de las moscas cojoneras. El mensaje es claro: una reflexión sobre nuestro cuerpo no se agota en el punto de vista médico; por tanto, me interesa hablar de lo que no es medicina. En mi blog, lo subjetivo, lo particular, adquieren un sentido meliorativo.
En resumen, lo que he querido con estos artículos es afirmar mi creencia en que el blog de Ocularis no obsta a ninguna de nuestras convicciones, porque técnicamente no las cuestiona; ni siquiera se ajustan a su temática principal. Convertirlo en objetivo de nuestra ira es pagarla con un blanco fácil, con el primer oculista de habla hispana que, en un impulso altruista, ya ingenuo, ya plenamente consciente, se ha expuesto a la voracidad de Internet.
El blog de Ocularis sencillamente responde a una necesidad distinta a la que nosotros estamos formulando, eso es todo. Porque el blog de Ocularis no es un foro de opinión ni de expresión. La ciencia no tiene nada que ver con la democracia; los hechos no dependen de lo que opine o desee una mayoría. Y los hechos son que, a estas alturas, las moscas volantes no tienen arreglo efectivo en condiciones de seguridad. (En eso estamos de acuerdo todos los afectados de moscas en este blog, ¿no es así?)
El papel de El vuelo de las moscas cojoneras, por tanto, no consiste en poner en tela de juicio estos hechos; ni tampoco en ocultar que nuestra existencia conlleva una serie de lastres biológicos, como la decadencia, el dolor y la muerte. Sólo consiste en recordar que, tras la inapelable realidad médica presente, hay otras realidades (psicológicas o ideológicas, individuales o colectivas) que le influyen sutilmente con el tiempo. Sobre estas realidades se puede naturalmente hablar sin faltar a la verdad; no obstante sin necesidad de justificarse en el método experimental de la ciencia. Este territorio tiene su existencia probada por mi mera presencia aquí. Lo importante ahora es hacerle una defensa digna, comedida y convincente. Eso es lo que intenta mi blog.
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