El vuelo de las moscas cojoneras

Las miodesopsias o 'moscas volantes' son opacidades que se forman a veces en el vítreo del ojo y tienen carácter permanente. Para quienes las tienen, se perciben como sombras que pululan por el campo visual, a menudo comparadas con puntos, hilos o telarañas. La oftalmología las considera por sí solas un problema menor. Hoy en día, no las trata porque no dispone de un remedio eficaz; no obstante, sostiene que se dejan de percibir con la costumbre. Cuestionada esta afirmación por muchas personas, este blog nace para comprobar su veracidad sobre mi caso particular. Pero no persigue una experiencia científica, sino expresiva.
[Aviso: ÉSTE NO ES UN BLOG DE MEDICINA. Para leer una descripción médica de las miodesopsias, visita este enlace.]

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12/7/08

El blog de Ocularis (II) y algunos factores humanos


Dicho lo dicho en el artículo anterior, ¿en qué lugar queda El vuelo de las moscas cojoneras? Defender el planteamiento de Ocularis, ¿significa acaso una contradicción con todo lo que en mi blog he dicho? No, en absoluto. Porque éste no es un blog de medicina, y defiende que la reflexión sobre un problema relativo a nuestro cuerpo, sea grave o leve, es libre e íntima, y en ningún modo puede quedar satisfecha totalmente por un punto de vista exclusivamente médico.

La cartesiana malla de la ciencia, de la objetividad, del hecho probado, suele quedarse corta cuando pretende explicar nuestras alegrías y nuestras tristezas en términos de causa-efecto. Y más cuando se ve condicionada por los engranajes burocráticos y por la rutinización profesional.

También Ocularis se refiere a esta libertad nuestra cuando incansablemente alega: “yo digo lo que hay; después, cada uno es libre de pensar lo que quiera”. Justo por esto soy un lector habitual del blog de esta persona, pese a que alguno de los lectores del mío se vea decepcionado. Yo no busco en el blog de Ocularis que sea bueno en alentar las penas del público, o en parchear las lagunas del conocimiento con esotéricas teorías de campos de energía. Espero solamente que sea bueno en traducir a un nivel asequible los conocimientos sobre la facultad de ver; no los propios de Ocularis, sino los aceptados y contrastados por la Medicina. Pues es una ciencia que siempre me ha inspirado el máximo respeto y confianza, no obstante sus lógicas limitaciones.

Pero frente a esto, creo que hay un aspecto que Ocularis no parece contabilizar: la propia ciencia, la Medicina a nivel institucional, también está impregnada por las ideologías, es decir, se ve afectada por el mundo de las opiniones (entre las cuales está todo lo relacionado con la ética). Para cualquier ciencia, la neutralidad es un desideratum, no una realidad de hecho, habida cuenta de que está desempeñada por seres humanos individuales, que no son ajenos a factores culturales y mutables, ni tampoco a las pulsiones emocionales.

Pueden aducirse infinidad de ejemplos históricos: la consideración de la homosexualidad, el desinterés hacia los mecanismos de placer del aparato reproductor femenino, las reservas hacia el aborto, las prácticas médicas durante la Alemania nazi, las distintas posturas hacia la eutanasia o las trabas a la experimentación genética son algunas pruebas de que la historia de la Medicina soporta una lectura cultural. [En consecuencia, no es inverosímil que pudiese aparecer una generación de oftalmólogos, enraizados culturalmente en la sociedad del bienestar, que hiciese una consideración distinta de las miodesopsias; no en vano, la aparición de la medicina estética y de las generaciones de médicos que la apoyan es también consecuencia de un cambio cultural].

Salvando las distancias con tan eminentes cuestiones históricas, es únicamente en este territorio “cultural” donde mi blog pretende ejercer alguna influencia, por leve que sea. Por ejemplo, para hacer aceptables enunciados como éste: “no es ridículo (anómalo, extraño, extravagante) sufrir por moscas volantes” o “algunas personas mentalmente sanas pueden sufrir por tener moscas volantes”, lo que no impide que sigan teniendo validez otros enunciados como “a día de hoy, lo ideal sería acostumbrarse a las moscas volantes”.

Artículos relacionados:

El blog de Ocularis (I)

El blog de Ocularis (III): objetos y sujetos

El blog de Ocularis (IV): recapitulación

2 comentarios:

Gonzalo dijo...

Juan,
La generacion de medicos a la que te refieres , que han comprendido el mal de las opacidades existe desde siempre lo que pasa es que son minoria y por eso parece que no existe.En Belgica , Francia ,Reino Unido y Estados unidos se han hecho FOVs (no digo que no haya mas pero es lo que conozco), no digo que esto sea la solucion pero es la prueba fehaciente de que no es algo inventado por unos locos y exagerado sino que algunos medicos si que comprenden esa molestia y tratan de paliarla.Aunque es posible que algunos lo hagan por una cuestion economica de capitalismo puro y duro, es verdad que en nuestro entorno la salud sigue manteniendo unos principios eticos y morales , anteponiendolos al enriquecimiento puro y duro y los tintes de negocio que la salud cobra en algunos paises como EEUU.Pero tambien es verdad que a la minima que un personaje famoso sufre de cancer, no se lo piensa dos veces y acude a la clinica mayo a desembolsar un paston, luego algo tendra el agua cuando la bendicen.
Pero no creo que los princiupios eticos y de precaucion que se aducen para no realizar FOVs se correspondan con las intervenciones de operar la miopia, que es ya tremendamente popular, con el simple y estupido objetivo en muchos casos de no querer llevar gafas porque no le sientan bien.Conozco un caso de una chica que se operó por quitarse las gafas y resulta que le provocaron un despredimiento de retina,o sea que menos lobos que los oculistas se ponen a veces demasiado esplendidos y ven muy bien la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo.Y en el mejor de los casos, por lo visto uno de los mejores reagalitos de operarse para corregir los defectos de refraccion son nustras queridas opacidades vitreas asi que muchos de ellos se dan cuenta a toro pasado que salen de Malaga y se meten en Malagon, y maldicen el dia en que decidieron operarse para no llevar gafas.
Asi que Juan, aqui hay para todos los gustos.


PASEN Y VEAN

juan d. dijo...

Hola Gonzalo,

Es la segunda vez que escribo este comentario, y lo hago de bastante mal humor: he perdido lo que ya iba a enviar por culpa del navegador. Decía: ya he visto que me has dejado unos cuantos comentarios durante estos días. Yo he pasado unos días en la playa y he llegado hoy. Allí me ocurrieron una serie de cosas con los ojos a las que seguramente dedique un post. Después de un año, estos días me han servido para medir el grado de adaptación que he obtenido con las moscas volantes. El resultado es que, si bien he conseguido superar el impulso depresivo, de tristeza, de los primeros tiempos, las molestias propiamente visuales prevalecen intactas. Lo que he podido constatar con total certeza, y sin necesidad de ser médico, es que el célebre adagio de que “con el tiempo, las moscas dejan de verse” no se ajusta a la verdad, por lo menos en mi caso.

Estoy de acuerdo contigo en todo lo que me has comentado; en particular porque haces bastante hincapié en defender algo sobre lo que yo también insisto mucho, y es que no es lo mismo tener cinco moscas que cinco mil. Se trata de una perogrullada que debería ser innecesario recordar; sorprendentemente, el discurso médico es: “todos los casos de moscas volantes (que sólo molestan) son iguales”. Sobre Ocularis, pronto escribiré algo más. De todas formas, insisto en que no quiero plantear un enfrentamiento, ni entrar en la descalificación; más bien todo lo contrario, me gustaría que este hombre, que es un pieza más del gigantesco engranaje de la Medicina, y que naturalmente posee una vertiente ideológica, sea capaz de albergar cierto grado de simpatía por lo que en mi blog se defiende. No digo que se convierta en un hincha de este blog, sino simplemente que nos recuerde de refilón cuando atiende un caso de moscas volantes, y que ese recuerdo le transmita en el momento buenas vibraciones.

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